La calidad de aire es responsabilidad de todos

Iniciando el mes  de abril el Ministerio de Minas y Energía decidió incrementar la mezcla de alcohol carburante en la gasolina que se consume en Medellín del 6% al 8%. La motivación fue netamente ambiental. La capital antioqueña ha sido puesta en alerta ambiental recientemente por la contaminación del aire.

El alcohol carburante o BioEtanol tiene una función oxigenante al ser mezclado con el combustible tradicional. Esto significa que la mezcla resultante tiene un mayor contenido de oxígeno, lo que le ayuda a tener una mejor combustión en el motor, es decir, la gasolina se quema mejor. El efecto inmediato es que las cantidades de monóxido de carbono, que es un gas tóxico para el ser humano, así como las emisiones de hidrocarburos no quemados (fracciones de gasolina no quemada) que salen a la atmósfera se reducen.

Otro efecto que logra la oxigenación es el incremento en la calidad del combustible. La gasolina básica corriente tiene 81 octanos y al oxigenarla en las proporciones que exige el programa alcanza a incrementarse hasta en 3 octanos, para quedar con 84 octanos. Esta característica del combustible permite que los vehículos que tienen motores más eficientes puedan aprovechar su ventaja. De igual manera, un menor consumo por kilómetro recorrido implica una menor emisión de gases resultantes de la combustión de la gasolina. Esto significa una menor emisión al ambiente y un ahorro para los propietarios de vehículos particulares (principalmente a gasolina).

El problema del aire en las ciudades es mucho más complejo que solamente la calidad de la gasolina. Actualmente el transporte público utiliza ACPM (diésel). Si bien es cierto que el diésel se mezcla con biodiesel de palma para mejorar su calidad, este combustible fósil aún tiene un alto contenido de azufre, el cual, al quemarse genera material particulado perjudicial para la salud humana.

Unido a todo, está la movilidad, la cual hace más o menos eficiente el uso de los combustibles y de los vehículos. En la medida que las ciudades se han congestionado, la velocidad promedio de desplazamiento se ha reducido, incrementándose el consumo de combustible. También hay gran influencia del estado de las vías, no solo por su efecto sobre la movilidad sino por la generación de polvo como consecuencia del mayor número de vehículos circulando.

Las soluciones para el problema son complejas y diversas. Si bien el uso del alcohol carburante es una medida en favor a la reducción de la contaminación, también hay que abordar el tema desde la calidad del combustible fósil, el mejoramiento de la infraestructura, y la disponibilidad y calidad de medios alternos de transporte.

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